martes, 22 de enero de 2013

Camilo Velásquez Mejía |  FutbolNica.net

FutbolNica.net
La regurgitación causada por la resaca que provoca el exceso de frustración y de vergüenza por el partido de Nicaragua contra Belice me mantiene con un dolor de cabeza penetrante y una deshidratación insoportable. Se terminó el sueño, dejamos esfumarse el mejor escenario que hemos tenido en la historia de nuestro mediocre y devaluado fútbol.
Hemos mejorado, de eso no queda duda. Incluso me atrevo a decir que jugamos bonito, que tocamos bien, que salimos desde atrás con orden y que somos meticulosos en los pases. Pero, ¿de que nos sirve? ¡De nada! Cambio a esta Selección que juega bonito para nada, por aquella Selección humilde y respetuosa del 2009, aquella Selección que nos llevó a la primera y única Copa de Oro en nuestra historia.
Ni jugar bien contra Guatemala, ni haber sido superiores que Costa Rica, ni haber tenido un monólogo azul y blanco contra Belice sirve para sentirnos satisfechos. Nos creímos los piropos y halagos vertidos de la prensa centroamericana, nos sentimos superiores y vimos a Belice por debajo del hombro y justamente cuando te sentís tan alto es cuando más duele el golpe. Bienvenidos a la realidad, cruda, dura, áspera y angustiante. Somos oficialmente la peor Selección del área con el peor futbol en el mundo.
Nosotros pusimos el fútbol y los beliceños la humildad. Me atrevo a decir que hemos aprendido la lección de la peor forma posible, humillados y desnudados. No se puede ganar con números ni con la historia. Si les exigimos respeto a los demás países del área, debemos tenerle respeto a todos, incluyendo a esta bestia negra que hoy nos ha arañado la cara y nos ha regresado a casa con una cicatriz imborrable.
Llena se equivocó en su planteamiento, éramos nosotros los que estábamos urgidos de la victoria, el empate les servía a ellos. Muchachos, humildad. No somos nadie, somos tan pequeños como se mira un punto en la distancia. Los desconocidos guerreros de Enrique Llena se creyeron los todos poderosos blaugranas de Vilanova, se creyeron Messi, Inista y Xavi. Tocaron, tocaron y tocaron, pero quedó en evidencia que estamos lejos de merecernos un puesto como semifinalista en una Copa Uncaf. Nicaragua debió jugar el partido entero como jugó los últimos diez minutos, pero no lo hicieron, porque enfrente estaba un equipo “pequeño”, “desconocido” e “inferior” justamente los calificativos que recibíamos nosotros hasta hace muy poco.
Se nos acabó la garra, las ganas y la rabia que te produce ser el “pequeño” y nos sentimos intocables. Este es el peor resultado de una Selección Nacional de Futbol en Copa Uncaf de los últimos 12 años. Belice nos dio un baño de humildad, gracias Belice, muchas gracias.